¿Qué es un sistema de automático de sprinklers?
Esencialmente es un sistema de lucha contra el fuego diseñado para ser activado por éste, descargando agua solo en las áreas en la que es necesaria, obteniéndose así un control o supresión del incendio con el mínimo daño para las propiedades. La característica más sobresaliente es la existencia de una fuente de agua adecuada (presión y caudal), que transportada a través de una red de tuberías, situada normalmente en el techo, hasta una serie de rociadores “sensibles”, diseñados para activarse en las condiciones de temperatura producidas durante el desarrollo de un incendio, se descarga sobre este, es decir que los rociadores cumplen la doble misión de detectar el incendio y descargar sobre éste el agente extintor.
Este sistema, sencillo en cuanto a funcionamiento, ha ido desarrollándose a base de una gran cantidad de experiencias a lo largo de cerca de 150 años, hasta alcanzar un grado de efectividad, fiabilidad y adaptabilidad a diferentes escenarios tales, que le hacen el sistema más adecuado para la mayoría de los incendios.
Normas
Puesto que la instalación de rociadores está unida a la idea de evitar pérdidas económicas y por lo tanta a la existencia de un seguro, está claro la existencia de unas normas claras y fiables para el diseño de las instalaciones es de vital importancia tanto para el asegurado como para el fabricante de los equipos, el instalador de los sistemas y las Compañías de Seguros.
En 1887, se publicó en Nueva Inglaterra por la Asociación de Compañías de Seguros el primer manual para uso de todos sus asociados en todo Estados Unidos. Este manual, fue la base de la norma más famosa que existe para el diseño de sistemas de rociadores la NFPA 13. Las reuniones llevadas para su aprobación y aplicación tuvieron además una segunda consecuencia, la creación de la Nacional Fire Protection Association, que desde entonces ha venido generando las Normas para el diseño de los sistemas de protección contra incendios más completas.
Por lo que a Europa se refiere, las primeras normas tuvieron su origen en Inglaterra en 1885 y se adoptaron por la Compañías de Seguros en 1888.
En la actualidad, existen una gran variedad de Normas que permiten dar solución a la mayoría de los problemas de diseño que podemos encontramos, pero todas ellas se basan en el estudio de los diferentes incendios que se han venido produciendo a lo largo de los años y en las pruebas reales realizadas por los fabricantes y los laboratorios de homologaciones
La tendencia actual a la sofisticación de los equipos destinados a cualquier trabajo, podría hacernos creer que unos sistemas tan simples y basados en tecnologías relativamente simples no serían tan efectivos ante un incendio como los modernos sistema de extinción con gases p. ejemplo. Los datos que se incluyen a continuación nos permiten comprender que como sistema destinado a cumplir una función, la cumple con gran efectividad, ya que en los incendios en lo que existían rociadores, más del 95 % de ellos se han controlado con un nº de rociadores menor del incluido en el área de diseño.
Periodo 1985-1990, Relación entre nº de incendios/nº de rociadores activos. (Francia)
Nº sprinklers abiertos | Nº de incendios | % | % acumulado |
1 | 428 | 43,4 % | 43,4 % |
2 – 4 | 323 | 32,8 % | 76,2 % |
5 – 12 | 147 | 14,9 % | 91,1 % |
13 – 24 | 46 | 4,6 % | 95,7 % |
24 – 36 | 14 | 1,4 % | 97,1 % |
> 36 | 29 | 2,9 % | 100 % |
TOTAL | 987 | 100,0 % |
Fundamentos teóricos del funcionamiento
Como ya se ha comentado, un rociador cumple dos funciones. En primer lugar, ha de detectar el fuego, para a continuación descargar el agua de forma adecuada sobre él hasta su control o extinción. Ambas funciones se realizan de forma independiente, si bien es cierto que una detección temprana mejora el control o la extinción ya que el fuego habla alcanzado una menor proporción
Como Detector
En su uso tradicional, el rociador actúa cuando se encuentra inmerso en la capa de gases calientes generados por convección que se forma en el techo del recinto en el cual se ha producido el fuego. Estos gases calientes están en íntimo con el rociador y se mueven de forma relativamente lenta.
Pero también puede utilizarse en riesgos en los cuales los gases calientes ascienden rápidamente y el rociador solo recibe el calor por convección si ocurre que está inmerso en la pluma de gases calientes, pero lo más normal en estos casos es que solo reciba el calor por radiación
Como Extintor
Una vez que el rociador se ha abierto, cumplida su primera misión, pasa a ser lo más importante el segundo trabajo a realizar, es decir la extinción. El contrario que un extintor manual o una manguera, el rociador no puede dirigirse hacia el fuego, sino que tiene que cumplir su trabajo desde un punto fijo, con una caudal fijo y con un esquema de distribución del agua bajo él. Su rendimiento depende además del tipo de incendio, la naturaleza, la distribución, la composición de los materiales implicados y la facilidad para que el agua llegue hasta ellos.
Cada rociador del techo forma parte de una matriz de rociadores iguales, alimentados todos desde la misma fuente. Esta matriz puede tener una distribución cuadrada, triangular, al tresbolillo, de forma que cada rociador cubre la misma superficie de suelo, cuyo tamaño viene fijado por el tipo de riesgo que protege.
Las tuberías a las cuales están conectados se diseñan de forma, que, dentro de lo posible, todos los rociadores reciban el agua a la misma presión, de forma que sea cual sea el punto donde se produzca el incendio se pueda descargar el agua con la distribución adecuada.
Componentes de un rociador
Los componentes, comunes a la mayoría de los rociadores son, el cuerpo, el deflector, que puede tener diferentes formas, la ampolla, el cierre con su arandela para asegurar la estanqueidad y el tornillo de ajuste, que permite sujetar la ampolla de forma que esta mantenga cerrado el rociador.
Para poder clasificar los diferentes rociadores existentes, dada la gran variedad de ellos y sus diferentes aplicaciones, es aconsejable utilizar aquellas características generales comunes a todos ellos y que afectan a la capacidad de un determinado rociador para controlar o suprimir un incendio. Estas características son:
- Tipo de descarga
- Tamaño del orificio
- Temperatura de actuación
- Velocidad de respuesta
- Forma de instalación
- Cobertura
- Condiciones especiales de servicio
- Boquillas pulverizadoras